Próxima a la colina de la Sanjuanes desde la que se puede contemplar la Meseta de Carpio Bernardo, los Arapiles de Amatos, la Ermita de Otero, Terradillos y el camino hacia Valdemierque y Martinamor.
Desde la Fontanilla y entre árboles, se observa el campanario del Monasterio de los Reparadores, con gran importancia histórica para la Villa.
Según cuentan los vecinos, hasta hace unos años, Flores cogía agua de la fuente en cántaros de barro que transportaba en su carro tirado por la mula y la vendía por las casas de la localidad. También cuentan que alrededor de la Fontanilla se criaba una rica y variada huerta regada con el agua de la fuente. Tal fue su fama que hoy se sigue escuchando: “andas más que la burra de La Fontanilla”.