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La XXV edición de la Marcha Teresiana, que rememora el último viaje de Santa Teresa antes de su muerte -los días 19 y 20 de septiembre de 1.582, entre Medina del Campo y Alba de Tormes- se detuvo ayer en Aldeaseca para celebrar varios actos de homenaje y la llamada "Comunión de los Higos". Es éste un gesto simbólico en esta singular peregrinación que a lo largo de cuatro jornadas realza los valores que dignifican al hombre, la fiesta, la comida en común, la música, el contacto con la naturaleza y la conquista de nuevos amigos. El gesto de comer un higo seco, al que se unieron los vecinos de Aldeaseca, evoca "aquellos tres higos, único bocado que la Santa encontró para cenar en este pueblo, al que llegó de anochecida, muy enferma y postrada en una carreta". Esta marcha fue iniciada el día 17 por 80 personas, bajo el lema "Dios no se muda". En la etapa de ayer participaron 111 peregrinos. Está organizada por la Hermandad de Santa Teresa de Alba. Finaliza hoy y es una profunda experiencia humana y religiosa, ejemplo de convivencia y solidaridad.
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