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La Marcha Teresiana dio ayer por concluida su XXVII Edición tras pasar por un buen número de municipios de la provincia. Han sido cuatro intensos días llenos de experiencias compartidas en los que no ha faltado el recogimiento y la oración y en los que los devotos de la Santa abulense más conocida han podido rememorar, un año más, las andanzas de esta peculiar mujer. En la última jornada, los fieles partieron de Nava de Sotrobal en dirección a Coca de Alba en cuya iglesia parroquial tuvo lugar la celebración de la palabra bajo el lema “Siervo de los Siervos”. Después, el trayecto prosiguió para llevar a los caminantes hasta Peñarandilla y Garcihernández, donde volvieron a hacer un alto para celebrar la Palabra y comer. El viaje concluyó en Alba de Tormes, en las Carmelitas donde se celebró una Eucaristía, que sirvió para echar el cierre a este tradicional evento.
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