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El salmantino Eduardo Gallo se impuso ayer en el coso de alba a 120 años de maestría cortando un rabo a su novillo. El diestro, que volvió a ratificar su gran momento, fue el gran triunfador en una tarde entretenida con lleno en los tendidos y grandes momentos de Ruiz Miguel, Mendes, El Tato y Del Álamo. Quien no se sumó a la fiesta fue Ortega Cano, que ordenó parar el novillo, dejó que lo pegaran en varas y se limitó a entrar a matar.
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