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Tras varios días de largo viaje, sus Majestades los Reyes Magos llegaron a la plaza de toros ducal donde les esperaban sus pajes con la carroza. Los albenses más pequeños aguardaban con impaciencia su salida ya que desde el comienzo la Cabalgata de los Reyes Magos fue dejando una estela de ilusión por las calles. Llovieron caramelos que muchos pequeños ni siquiera recogieron para no perder de vista a los grandes protagonistas. Algunos sonreían, otros miraban incrédulos pero sus rostros reflejaban la ilusión que los Magos de Oriente les regalan año tras año. Finalizado el recorrido, los Reyes Magos adoraron al Niño Jesús en la iglesia de Santiago para después repartir regalos.
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