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La primera fase, contratada por un millón de euros, se iniciará próximamente Más de un millón de euros es el presupuesto inicial que desembolsará la Diócesis de Salamanca para iniciar las obras en la Basílica de Santa Teresa de Alba de Tormes. En principio, con este presupuesto, que se rubricó por las distintas partes el pasado jueves, se podrán realizar las obras para cubrir todo el ábside y el presbiterio de la basílica hasta llegar al crucero. Pero esto no sería más que el inicio de unas obras que se alargarían en el tiempo y, evidentemente, en el presupuesto. Según los cálculos y a tenor de las ofertas recibidas, para continuar con las obras, la Diócesis habría de reunir otros tres millones de euros más para finiquitar un proyecto valorado en 4,3 millones de euros (alrededor de los 175 millones de pesetas). Las actuaciones se iniciarían próximamente a un nivel de arranque de 12 metros y, a buen seguro, antes de mediados del próximo mes de octubre, ya se verían los primeros movimientos en el recinto. A partir de entonces, el plazo previsto para la finalización de esta primera fase sería de 10 meses. Una decena de meses durante los que sería necesaria la obtención de dinero suficiente para que las obras pudiesen continuar con normalidad y, evitar, de esta forma, que el presupuesto inicial se incremente. De recaudarse la totalidad presupuestaria sin que las obras tuvieran que interrumpirse, el plazo previsto para la remodelación total abarcaría en torno a los 30 meses. Así, se obtendría, según palabras de Florentino Gutiérrez Sánchez, vicario general de la Diócesis de Salamanca, “una Basílica con la que habría un doble beneficio: por una parte, espiritual y religioso; y, por otra parte, un beneficio social: puestos de trabajo que dan estos lugares y gente que sirve a los peregrinos del mundo que allí se acercan”. Objetivos El propio vicario reconoce que “nosotros queremos acoger un proyecto que lleva más de 100 años en pie y que tiene futuro”. Florentino Gutiérrez comentaba que “Alba de Tormes tuvo capaz de ceder un barrio entero de casas, que fueron destruidas, para tener asiento junto al lugar del convento de las Madres Carmelitas; allí se construyó una obra que hoy tiene ya más de 11 metros de altura, que es lo que tenemos hasta ahora”. En definitiva, según añadió, se trata de respetar lo que hay y concluirlo de una manera “digna, justa y bella”. Un plazo contrarreloj para conseguir los fondos necesarios para continuar con el proyecto Una decena de meses: este es el plazo del que se dispone, si no para conseguir la totalidad del dinero, sí al menos lo suficiente para que las obras no se tengan que paralizar, lo que incrementaría el presupuesto inicial.
Los donativos han sido, hasta el momento la principal fuente dentro de la partida de ingresos. Más de 900.000 euros a los que hay que sumar los casi 600.000 aportados por la Diócesis. Del total recibido, parte ya ha sido invertido y otro tanto se hará efectivo bien en la fase actual, bien al comienzo de la obra.
Lo que se pretende es que no haya una obra inconclusa: “No podemos permitirnos que una obra que hemos comenzado con tanta ilusión quede, de alguna forma, paralizada, por desidia o abandono. Tenemos que concluirla. Por respeto a la iniciativa de nuestros mayores y por respeto a todas las donaciones que nos ha venido dando la gente”, señala Florentino Gutiérrez, vicario general de la Diócesis de Salamanca.
La colaboración económica se puede hacer a través de ingreso en cuatro cuentas (entre ellas: Caja Duero: 2104 0000 13 9105007713). También en mano en la propia Casa de la Iglesia o bien a través de herencia. Asimismo, con el contrato firmado y un dossier detallado, Florentino Gutiérrez espera la colaboración de instituciones.
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