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Los albenses vivieron con intensidad la última jornada de las fiestas patronales El intenso frío no deslució, en absoluto, la última procesión con la imagen de Santa Teresa. La entrada en clausura fue apoteósica, llena de emoción y pasión. Los ojos de muchos fieles se llenaron de lágrimas. Fue un momento triste, pero a la vez repleto de alegría. Los vivas y aplausos hacia la patrona de Alba de Tormes se sucedieron durante los 50 minutos que duró el recorrido por las calles de la villa. La banda de música acompañó a la Santa en este peregrinar desde la iglesia de la Anunciación hasta el convento de las Madres Carmelitas. Ya no será hasta el próximo agosto de 2009 cuando los albenses vuelvan a ver a su patrona por las calles de la ciudad. La última jornada de fiesta en Alba de Tormes fue intensa. La lluvia hizo presencia por la mañana y parecía que todo se iba a deslucir por la tarde con el líquido elemento, pero el tiempo respetó a Santa Teresa y se pudo celebrar por todo lo alto una procesión que congregó a miles de personas, tanto en la plaza de Santa Teresa como en la Plaza Mayor y por todas las calles que vieron pasar su imagen. Clamor hacia la Santa La entrada en clausura fue apoteósica. Levantada Santa Teresa, los albenses gritaban una y otra vez ¡Viva Santa Teresa! Muchos de ellos lloraban, otros sonreían de la emoción. Un año más, han disfrutado de su imagen, de su cariño y de los sentimientos que desde donde esté intentarán proteger a sus paisanos.
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